El que todo lo quiere, todo lo pierde

El que todo lo quiere, todo lo pierde.
Y te quise a todo tú, hasta acabar perdiéndome en mí.
Yo que creía que esto del amor era un juego de niños y terminé madurando.
Quizás nunca tuve suficiente arena para darte, pero tenía la destreza de darle la vuelta al bulbo de vidrio cuando estaba a punto de desvanecerme, dándole cuerda una vez más.

Era feliz de dentro a fuera, pero de fuera a dentro tenía una batalla campal que sólo la frenaba tu ejército de besos, ese que cuando se iba, daba luz verde a un nuevo caos de jinetes caídos.

Me aferraba a la vida con sólo mirarte, y te miraba, en verso, en prosa y en braile. Te convertiste en la chispa que lo propaga todo.
Sólo necesitaba que me follases con todo el cariño que te deje a deber, por que tú, siempre me diste más que ninguna.

Iba equipado con mi all in de 7 vidas y mi trébol de cuatro hojas, despojando errores hasta el "me quiere"
Y ahora que el tiempo se embala me sobran deseos, ya que, a pesar de todo, cuando soplo las velas, tú, sigues aquí.




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