Cuando el tiempo se acabe

Te sientas tras cada una de mis poesías, quizás seas cualquiera, pero para mí eres única. 
Manejas el verbo amar de tal forma que siempre lo acabas conjugando, en primera persona.
Y a terceras, termino hablando de ti como si supieran que la poesía se recita sola, cuando suenas a Quevedo y te conviertes en mi siglo de oro. 
Como voy a seguir un camino recto, si fueron tus curvas las que me enseñaron la senda que desemboca en la sonrisa que viertes cuando enamoras, y desde entonces, acceder a tu refugio fué el mejor lugar dónde quedarse a vivir.
Al fin y al cabo algo estaremos haciendo bien, si no hay parada de metro que no te recuerde ni lluvia que no suene a ti. 
Si juntos pudimos con todo y las quemaduras post-sexo nos hicieron ignífugos.
Con las cartas boca arriba y los ases bajo la manga, por si me da por llevarte la contraria y termino sacándote de juicio. 
Si sé que te voy a necesitar y vas a estar ahí, dónde nadie más.
Cuando todo empeore y se rompa, cuando te pise en pleno baile, cuando muerda tu cuello, cuando el tiempo se acabe y tú... Lo reinicies de nuevo. 



Comentarios